Lumine fatum.





En tierras de recuerdos, bajo cielos infinitos,
nació un alma valiente de espíritu exquisito.
Un padre camionero que cruzaba mil caminos,
y una madre luchadora tejiendo sus destinos.

Hermanos del pasado, fragmentos de otra vida,
en un hogar con ecos de historias divididas.
Las discusiones resonaban en los muros del hogar,
mientras el joven soñaba con su propio lugar.

Su padre se marchó una noche sin adiós,
dejando tras de sí un vacío y su voz.
La madre con coraje nuevas sendas recorrió,
junto a sus dos hijos el camino comenzó.

La soledad fue compañera en muchos de sus días,
sin amistades cercanas, pero con tantas energías.
Treinta años contados, el amor por fin llegó
en un hombre sabio que su mundo iluminó.

Un refugio en sus brazos, en medio del destino,
halló en su compañero el amor divino.
A pesar de las sombras, la luz siempre brilló,
y en su rincón privado el amor floreció.

Su madre envejecía marcada por el esfuerzo
mientras él buscaba un sendero sin refuerzo.
Trabajo incierto, sueños por conquistar,
un futuro brillante que aún está por alcanzar.

La familia se volvió un eco lejano en su andar,
pero el amor verdadero su corazón supo hallar.
Y aunque los días pasen, en dudas y retos,
su espíritu sigue firme en su propia cruzada.

En cada paso dado, en cada lucha interna,
hay un rayo de esperanza, una luz que se alterna.
La vida no es fácil pero el coraje no falta,
y en su camino solitario la esperanza resalta.

Desde pequeño comprendió que el mundo no era sencillo,
las dificultades del camino forjaron su brillo.
Con cada lágrima y risa un nuevo aprendizaje
y en cada encuentro y despedida, una lección de coraje.

Amigos escasos, pero el corazón fuerte,
buscando en cada esquina un destino diferente.
El tiempo pasa y enseña a aquellos que saben ver
que la vida es un viaje con mucho por aprender.

Su amor, un hombre noble con la sabiduría del tiempo,
le mostró al joven valiente un nuevo firmamento.
Juntos enfrentan la vida con sus altos y bajos,
encontrando en cada día la fuerza de mil abrazos.

Y así, sigue adelante, con la vista en el futuro,
con sueños por cumplir y el corazón seguro.
Porque aunque la vida desafíe con pruebas y dolor,
siempre habrá un mañana lleno de amor y valor.





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